La explotación insostenible de arena destruye ríos y mares

Diariamente se extraen 18 kilos de arena y grava por cada habitante del planeta para la fabricación de concreto, asfalto y  vidrio. Los cambios en los patrones de consumo, el aumento de la población y el incremento de la urbanización han triplicado su demanda en los últimos 20 años, y actualmente se explota más de la que se produce naturalmente afectando negativamente nuestro planeta.

PNUD SomaliaRepresas de arena en Somalia

La demanda mundial de arena y grava, que asciende a unos cincuenta mil millones de toneladas cada año, es un gran contaminante y provoca inundaciones, en unos casos, o el agotamiento de los acuíferos en otros, y hasta contribuye a empeorar las sequías, revela un nuevo informe de ONU Medio Ambiente.

La arena y la grava son los materiales fundamentales no reconocidos de las economías. Se explotan en todo el mundo y representan el mayor volumen de material sólido extraído a nivel mundial. Sin ellos, no habría concreto, ni asfalto, ni vidrio para construir las escuelas, hospitales, carreteras, paneles solares y otra infraestructura necesaria para los sistemas y métodos de construcción y producción industrial actuales.

El informe Arena y sostenibilidad presenta como los cambios en los patrones de consumo, el aumento de la población, la constante urbanización y el desarrollo de la infraestructura han triplicado la demanda de esta materia prima en los últimos 20 años.

Además, las represas y la extracción han reducido el suministro de sedimentos de los ríos a muchas áreas costeras, lo que lleva a la reducción de los depósitos en los deltas de los ríos y la erosión acelerada de las playas.

“Estamos gastando nuestro presupuesto de arena más rápido de lo que podemos producir de manera responsable. Al mejorar la gobernanza de los recursos de arena globales, podemos administrar mejor este recurso crítico de manera sostenible y demostrar que la infraestructura y la naturaleza pueden ir de la mano”, asegura Joyce Msuya, directora ejecutiva interina de ONU Medio Ambiente.

El informe apunta a generar una conversación mundial respecto a la gobernanza de estos recursos, los más extraídos y comercializados por volumen después del agua.

Con la extracción de arena regulada de manera diferente en todo el mundo, las regiones importantes para la biodiversidad y los ecosistemas se vuelven más vulnerables a los desafíos en la implementación local de estas regulaciones. Además, existe una tendencia creciente de extracción no sustentable e ilegal en los ecosistemas marinos, costeros y de agua dulce.

Un problema grave

Asimismo, la extracción de arena se está convirtiendo rápidamente en un problema transfronterizo. El comercio internacional del recurso está creciendo debido a la alta demanda en regiones sin bancos locales, y se prevé que aumente un 5,5% anual con las tendencias de urbanización y desarrollo de infraestructura.

La extracción insostenible de arena no solo afecta el medio ambiente, sino que también puede tenerimplicaciones sociales de gran alcance. Por ejemplo, la extracción de arena de las playas puede poner en peligro el desarrollo de la industria turística local, mientras que la eliminación de la arena de los ríos y bosques de manglares conduce a una disminución de las poblaciones de cangrejos, lo que afecta negativamente a los recolectores de estos crustáceos, principalmente mujeres, cuya subsistencia depende de este oficio.

En lugares como India y China, y otros países en Asia, África y América del Sur, muchas operaciones de extracción de arena no están en línea con las regulaciones de gestión ambiental y ya se han visto impactos sociales.

Por ejemplo, Camboya, Vietnam e Indonesia son las fuentes, legales e ilegales, de materiales agregados para el desarrollo del corredor económico regional y los proyectos de recuperación de tierras en el sudeste asiático. Sierra Leona, Kenia, Tanzania en África y Colombia en América del Sur han sido identificados como lugares que presentan desafíos de sostenibilidad para el sector.

Extracción a expensas de otros

Estos, y otros ejemplos, demuestran cómo la extracción descontrolada se produce a expensas de otros sectores económicos, medios de vida locales y biodiversidad. Los riesgos directos de seguridad para quienes trabajan en el sector y viven en las comunidades donde se lleva a cabo esto incluyen el ahogamiento de los trabajadores que sacan arena de los cauces, y los hundimientos y derrumbes en las áreas de extracción.

Las operaciones legales e ilegales se reportan cada vez más en los alrededores e incluso dentro de las reservas de biodiversidad establecidas y las áreas protegidas, los lugares únicos que la sociedad ha acordado son tan importantes desde el punto de vista ecológico y cultural que no pueden albergar actividades económicas que no sean compatibles con la integridad biofísica de estos ecosistemas. Ya se han registrado impactos negativos para peces marinos y de agua dulce, así como aves y especies amenazadas como tortugas y delfines.

La necesidad de nuevas políticas

El informe también advierte que, para satisfacer la demanda en un mundo de diez mil millones de personas sin dañar el medio ambiente, serán necesarias políticas de planificación, regulación y gestión eficaces.

Actualmente, la extracción y el uso de la arena se definen por su geografía local y su contexto de gobernabilidad y no tienen las mismas reglas, prácticas y ética en todo el mundo. El informe pretende ser un punto de partida a partir del cual pueda comenzar una conversación global productiva sobre extracción de arena.

Para frenar la extracción irresponsable e ilegal, ONU Medio Ambiente sugiere una adaptación de los estándares existentes y las mejores prácticas a las circunstancias nacionales. También apunta a invertir en el monitoreo y medición de la producción de arena y su consumo, y sugiere establecer un diálogo entre los actores clave y las partes interesadas.

Fuente: Naciones Unidas.

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