Pedro Serrano – Para que Valparaíso sea una ciudad universitaria

Para que Valparaíso cumpla con el sueño de convertirse en una verdadera ciudad universitaria, se requiere de un gran pacto a largo plazo entre la ciudad, sus habitantes, sus universidades y barrios universitarios con vistas al objetivo común de hacer de Valparaíso la mejor ciudad de América para estudiar

El hecho de tener universidades en su territorio no hace a una ciudad ser universitaria, se necesita un contexto virtuoso de vinculación ciudadana.  La universidad busca la universalización de la cultura en sus tres dimensiones: la científico-tecnológica, las normas que regulan la interacción social y las manifestaciones estéticas. La cultura entendida en el sentido antes definido hace la ciudad.

Estamos en un proceso de globalización que no se detiene, tenemos universitarios, estudiantes, académicos e investigadores de todo el globo terrestre desde China e India, desde Rusia, Europa, Australia y África, de toda América Latina. Valparaíso está encontrando una nueva imagen de ciudad global.

Nuestras universidades públicas en la ciudad de Valparaíso, están todas correctamente acreditadas, lo que indica que hacen muy bien sus trabajos principales: Generar conocimiento y cultura, formar los mejores y mas íntegros profesionales y también tener una relación propositiva y positiva con el medio en que están insertas: la ciudad, la región , el país y el globo.

Por lo tanto, los recintos universitarios no son islas, están insertos en la ciudad e interactúan con ella, son parte de su identidad y crecen cuando la ciudad crece y se tornan mejores cuando la ciudad mejora.

Valparaíso tiene todo para ser una ciudad universitaria, tiene grandes universidades que están en extensos campus y en muchos edificios dispersos por la ciudad. Las Universidades tienen, además, edificios emblemáticos en la imagen de la ciudad, tienen miles de estudiantes que circulan, viven, duermen, estudian, se alimentan y se entretienen en la ciudad, gastan decenas de miles de pesos mensuales cada uno, activan la economía, generan trabajo, dinamizan su contexto urbano.

La pregunta que hacemos es, si la ciudad de Valparaíso se esfuerza por acoger esos estudiantes, nacionales y extranjeros,  ¿estamos entregándoles una calidad de vida tan interesante que cada vez más estudiantes de regiones y de otros países, querrán venir a estudiar en Valparaíso?

Aquí aparecen algunos problemas de la ciudad actual, que están reduciendo la calidad de vida de nuestros estudiantes. Entre otros, la falta limpieza urbana es uno significativo.  Existen elementos de cultura ciudadana, carencias de infraestructura y servicios, que no han permitido erradicar la basura de la imagen de la ciudad.

El Mercado Cardonal, en parte recientemente incendiado, es un espantosa muestra dinámica de incultura urbana y mala tecnología de disposición de desechos. Un sitio que debiese ser emblemático de la ciudad, es un depósito abierto de basuras y líquidos pestilentes en las calles, una muralla intransitable de camiones y cajas en las veredas, donde debiese transitar el ciudadano que va de compras y por cercanía, donde debiesen transitar miles de estudiantes de la casa central de la PUCV.  En este amasijo de basuras es además donde se transa, de modo abiertamente insalubre buena parte de los alimentos de la ciudad.

En el eje de avenida Brasil, llamada a ser la mas bella avenida de entrada a la ciudad hay edificios de universidades e institutos. La única avenida de cuatro pistas con amplio bandejón central, avenida que se inicia en una universidad y termina en la mas grande y hermosa biblioteca pública de Valparaíso.  Una avenida donde hoy en día es posible ver decenas de puestos de manipulación y venta de alimentos que no cumplen norma sanitara alguna. En algunos de los cuales hay venta clandestina de alcohol, incluso drogas duras, todo esto en un ambiente donde circulan todos los días miles de jóvenes universitarios.

Rodeando a los edificios universitarios, dentro del barrio también hay clandestinos e incluso, establecimientos formales, donde se vende alcohol y ocultamente drogas a toda hora de la mañana, tarde y noche. Aquí pareciera que las entidades que fiscalizan y controlan nuestra leyes, hacen la vista gorda, o no logran operar.

Si un estudiante, temprano en la mañana entra a clases con halito alcohólico, el profesor se preguntará si todo este esfuerzo de las familias, los millones de pesos que gasta el Estado y la universidad, creando conocimiento, formando a estudiantes en todas las dimensiones de la cultura, llevando a nuestros jóvenes a la luz del mas alto grado del saber humano, no estará tropezando con oscuras fuerzas externas que lo anulen. Esa es una ciudad que no funciona como universitaria, que no acoge positivamente, que se degrada y degrada a sus habitantes. Difícil hacer universidad verdadera  e integrada, en contextos con esas amenazas.

Sabemos que existen las leyes, los reglamentos y las normas, pero si éstas no se cumplen ni se aplican, ni se fiscalizan, entonces estamos ante un problema ciudadano y también del Estado, donde la universidad y su gente se sienten mal acogidas por su entorno.

Por supuesto, también una ciudad universitaria, si quiere ser atractiva en dicho rubro, debiese tener barrios universitarios diferenciados por ese carácter: áreas verdes para caminar, estudiar y compartir, iluminación de calidad, seguridad especial, sitios donde comer sano y entretención también sana.

Además es interesante ver que gran parte del plan de la ciudad, en torno a las universidades se encuentra deshabitado y en franco deterioro.  Son lugares propicios para desarrollar residencias universitarias adecuadas. La residencia es otro punto importante de la buena acogida, que atraerá mas estudiantes a Valparaíso.

De paso, todo el comercio informal que ronda nuestras universidades, tanto en Playa Ancha como en Almendral y Placeres puede formalizarse y dar trabajo formal, con la infraestructura ciudadana adecuada.  Nuestra información indica que un estudiante extranjero gasta desde 300.000 pesos o más cada mes en la ciudad. Dar alimento, residencia, insumos y entretención a los mas de 100.000 estudiantes de nivel superior que hoy estudian en Valparaíso, son actividades de la ciudad que generan buena parte del trabajo y los ingresos que ella recibe.

Para que Valparaíso cumpla con el sueño de convertirse en una verdadera ciudad universitaria, se requiere de un gran pacto a largo plazo entre la ciudad, sus habitantes, sus universidades y barrios universitarios con vistas al objetivo común de hacer de Valparaíso la mejor ciudad de América para estudiar.  Allí todos ganan, quienes vienen a estudiar y quienes los acogen, que integradamente, no son otra cosa que la ciudad universitaria del futuro.

Pedro Serrano R.

Director Unidad de Arquitectura Extrema, UTFSM. Presidente de Fundación TERRAM para el desarrollo sustentable. Socio del Foro de Altos Estudios Sociales Valparaíso.

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Comments

  1. Gerard Richard Oliger Abaroa : Junio 29, 2017 at 1:03 pm

    La exposición es notable pero agregaría algunas dimensiones.
    En primer lugar la oferta deportiva es necesaria. Las posibilidades de desarrollar actividades deportivas organizadas es escasa y, en muchos deportes, nula. Lo recintos públicos disponibles son insuficientes y no cuentan con adecuada infraestructura.
    Otro desafío importante que es necesario de abordar, no sólo para los estudiantes sino que también para los inmigrantes, son los servicios religiosos en lengua extranjera.
    Salvo algunas iglesias anglicanas con servicios en inglés, no hay comunidades que realicen un esfuerzo de acoger a sus feligreses extranjeros hablándoles en su propia lengua.
    En ciudades intensas en recepción de estudiantes extranjeros hay servicios religiosos en decenas de idiomas. Un ejemplo de ellos es Sydney, con más de una treintena de idiomas diferentes cada semana, desarrollados por iglesias de distintas denominaciones. El costo económico de esta iniciativa es bajo, pero implica una gran apertura, la que puede tener múltiples beneficios en la evolución y dinamismo de dichas comunidades.
    Dentro del texto se señala que es necesario tener seguridad especial en barrios universitarios, creo que es necesario ir más lejos y avanzar “extra muros”.
    Los universitarios salen a bailar, y no sólo en Valparaíso, y es conocida la inseguridad de Valparaíso, Viña del Mar y “el interior” de la Región, en especial durante la noche.
    También es importante ir más lejos y facilitar desde el Estado en conjunto con el mundo privado, la incorporación de estudiantes nacionales y extranjeros al mundo laboral regional. De ese modo se favorece la atracción de estudiantes debido a la oportunidad de generar recursos además de fortalecer el necesario intercambio cultural de nuestros ciudadanos en el ámbito laboral, logrando que trabajadores que no pertenecen a la élite universitaria se vena favorecidos por la presencia de quienes tienen la vocación y el talento para seguir una carrera universitaria, lo que puede ser muy interesante en el caso de los estudiantes extranjeros porque educa en el respeto y promoción de la diversidad.
    No quiero terminar estas líneas sin decir que las tareas propuestas por el profesor Serrano no son de aquellas que se pueden postergar sin consecuencias, ya que el sitial alcanzado por Valparaíso y Viña del Mar se puede perder rápidamente sino se toman en serio en breve plazo.

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