Valparaíso, humedales urbanos costeros

Resulta poco menos que curioso que la Región de Valparaíso no cuente con humedales urbanos costeros categoría Ramsar, y que los municipios de comunas costeras no se sumen aún a la ley 21.202, que les da herramientas legales para la protección de estos importantes territorios para los procesos ecológicos esenciales, que implican recursos para un desarrollo sostenido y sustentable.

Pedro Serrano R.
Director de la Unidad de Arquitectura Extrema, UTFSM. Presidente de la Fundación TERRAM para el desarrollo sustentable. Socio del Foro de Altos Estudios Sociales Valparaíso.

Ya en la década de 1980 la Estrategia Mundial para la Conservación del Ambiente Planetario ponía como el punto prioritario más importante el preservar la variedad genética del planeta, puesto que de esa variedad vegetal, animal, fungi, entre otros, la humanidad obtiene hoy todos los orgánicos con que hace productos industriales, medicinales y sobre todo alimentarios. De esos recursos se supone se alimentarán las generaciones futuras. Todo esto considerando una humanidad creciente: En 1980, cuando se determinó esta estrategia, éramos 4.700.000.000 y hoy en día noviembre de 2021 estamos llegando a los 8.000.000.000. Casi duplicamos la especie humana en 40 años. De allí surge también la recomendación global de que los países logren un desarrollo, (crecimiento), sostenido, pero además comprometiéndose a hacerlo de modo sustentable, vale decir, al menos mantener, sino aumentar, el acceso a recursos para las generaciones que vienen. Muchos más son los que vienen, igual debiésemos vivir mejor, disponiendo menos recursos per cápita. Nuestro planeta es finito: ese es el gran desafío del desarrollo humano de este siglo.

Para preservar dicha variedad genética, según la estrategia, es indispensable preservar los llamados procesos ecológicos esenciales. Lugares donde se produce y reproduce la variedad genética, donde se preserva, evoluciona y crece la variedad por mutación e hibridación. Allí están  entonces los parques nacionales, las selvas, los corales, las reservas de la biosfera, los bancos de semillas, los santuarios, todas las áreas protegidas terrestres y oceánicas del planeta, la protección de los endemismos y las especies en peligro. Más de 2000 científicos planetarios trabajaron en esto y los miembros de Naciones Unidas, como Chile, firmaron acuerdos y compromisos globales al respecto.

El último catastro identifica 1.473 humedales urbanos en Chile, que cubren 732 mil ha. Los hay en altura como el de Batuco en Santiago, los hay intermedios y los hay costeros. Algunos de estos sitios, desde ya prioritarios para la preservación de la variedad genética, se caracterizan por los encuentros entre la aguas dulces continentales y las aguas saladas del océano. Chile, por supuesto, por su geografía larga y abrupta frente al océano, tiene cientos de ellos. En ese intercambio de aguas y nutrientes prosperan la variedad genética oceánica y la terrestre. Allí es donde en muchos estuarios de los cauces de salida se forman los llamados humedales costeros. Desde la desembocadura del rio de la Ligua hasta la salida del rio Maipo en Llolleo, Valparaíso tiene interesantes humedales costeros, rodeados de sitios habitados.

Por tal vez miles de años estos humedales costeros permitieron la anidación de pájaros. Se estima por ejemplo que en el de Concón -en la desembocadura del río Aconcagua- se avistan al menos 70 especies de aves locales y migratorias. La problemática muy actual de los humedales costeros urbanos, es que por su posición territorial son terrenos muy cotizados por las empresas inmobiliarias. Pero no sólo eso, por su carácter de urbano costero la presencia humana de vecinos y turistas también altera negativamente su funcionamiento original, agregando a todo esto la presencia de perros y gatos que destruyen nidales y atacan aves y sus polluelos. En estos humedales además hay plantas, peces, crustáceos, insectos, reptiles y mamíferos, que conforman una biodiversidad compleja, que es lo que precisamente la Estrategia Mundial para la Conservación del Ambiente espera que los países protejan.

En febrero de 1971 se aprobó la convención RAMSAR (Irán) relativa a la conservación y uso racional de los humedales del planeta. 10 años después, en 1981, Chile la firmó promulgó como ley de la República, (Decreto Supremo Nº 771 del MINREL). Hasta hoy, 40 años después, solo se han declarado 16 sitios RAMSAR en Chile, ninguno en Valparaíso.

El 23 de enero del 2020 Chile promulgó La Ley Nº21.202, que modifica diversos cuerpos legales con el objetivo de proteger los humedales urbanos, introduce en la legislación nacional el concepto de humedales urbanos. La Ley entrega a los municipios herramientas concretas que permitirá proteger los humedales urbanos, a través de la elaboración de Ordenanzas Generales para la protección de humedales urbanos y la postergación de permisos de subdivisión predial, loteo, urbanización y de construcciones. A noviembre de 2021 ningún humedal urbano costero de Valparaíso aparece en la lista de los 34 declarados.

En pleno calentamiento global y sequía regional, los humedales de Valparaíso siguen siendo parte importante del ciclo del agua y de los ciclos de la vida. Resulta poco menos que curioso, por no decir abandono de deberes ambientales, que la Región de Valparaíso no cuente con humedales urbanos costeros categoría Ramsar, y que los municipios de comunas costeras no se sumen aun a la ley 21.202, que les da herramientas legales para la protección de estos importantes territorios, para los procesos ecológicos esenciales, que implican recursos para un desarrollo sostenido y sustentable. Hay agrupaciones locales y ONG ciudadanas en torno a estos territorios, pero quien tiene la llave político, económico y social de estos procesos son los municipios. Miles de pájaros siguen llegando, los veo por mi ventana, siguiendo su carga genética vernácula de miles de años a humedales cada vez más amenazados por la ciudad.

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