Chat GPT, el (peligroso) Oráculo del siglo XXI

El gran peligro de la IA no es la destrucción del trabajo humano o su conflicto con la propiedad intelectual o la privacidad, sino la tiranía de sus verdades.

Alonso Rodríguez O.
Socio del Foro de Altos Estudios Sociales Valparaíso

Chat GPT, como herramienta basada en tecnologías de Inteligencia Artificial Generativa (IAG), se está transformando rápidamente en el nuevo oráculo del mundo. Sus respuestas sencillas y sensatas nos seducen, y sustentan nuestras opiniones y, de modo creciente, nuestras decisiones.

Sus afirmaciones son, virtualmente, idénticas para cualquiera que haga una consulta similar y, con el concurso de nuestra confianza ciega, van creando un discurso común en todos los seres humanos que, lentamente, va penetrando a nivel de nuestras creencias. (Si el río suena…)

Sus respuestas, luego, se difunden a través nuestro, construyendo “verdades”; verdades que no nacen de la reflexión y el análisis, sino de la mera repetición masificada del discurso común compilado por este artefacto.

Y sin darnos cuenta, estamos dando paso a que este motor de Inteligencia Artificial construya nuestra percepción de la realidad y nos oriente a actuar conforme a esta.

A diferencia del Oráculo de Delfos, que daba respuestas crípticas que nos obligaban a la reflexión, la IAG entrega afirmaciones precisas, sintéticas y convincentes, que la mayoría de los seres humanos, en un Acto de Fe ingenuo, absorbemos sin un debido análisis, integrándolas en nuestro discurso y difundiéndolas como propias.

Por la naturaleza de su operación, la Inteligencia Artificial es tremendamente susceptible de contener errores o sesgos que dependen (entre sus principales variables) de la cantidad, calidad o procedencia de los datos según los cuales es entrenada o, directamente, desde los filtros o condiciones que introducen sus administradores.

Pero aun obviando sus sesgos y errores, al emplear irreflexivamente las respuestas obtenidas desde estos artefactos digitales, sin quererlo nos estamos convirtiendo en una suerte de “virus” que contagia realidades codificadas (lenguajes e ideas) que no son nuestras, pero que presentamos y difundimos como tales.

Y esta misma información ya integrada en nuestro discurso y difundida por nosotros a través de Internet, servirá nuevamente como dato de entrenamiento para Chat GPT u otra IA, que en un ciclo de repeticiones innumerables (en una especie de auto canibalismo), dará certezas, reafirmará e irá consolidando una única verdad que, querámoslo o no, encauzará nuestras decisiones.

Bajo el dominio de la IA, lentamente iremos reduciendo la diversidad del pensamiento humano y, es probable que, más temprano que tarde, al homogeneizar nuestro opinar, ¡Oh, Milagro!, limaremos nuestras asperezas y nuestras diferencias de juicio, facilitando nuestra colaboración… sin percatarnos que ese pensamiento conductor que nos une, lleno de aciertos y errores, no nos pertenece pues ha sido formulado por una entidad autónoma, que carece de toda condición humana… y que ni siquiera es inteligente, pues es incapaz de entender aquello que nos propone.

Estamos contribuyendo a la construcción de un Gran Hermano que ni Orwell ni Marx hubiesen imaginado, con una potencia gigantesca para establecer lenguajes, ideas, creencias, decisiones y comportamientos comunes.

Lentamente, iremos transformándonos en esclavos de una forma de pensamiento creado por un dispositivo virtual, al que inexorable y voluntariamente, estamos delegando nuestra capacidad de pensamiento y nuestras acciones.

Como decía Gastón Soublette, un pensador chileno: La tecnología prometió potenciar nuestras aptitudes naturales, pero en vez de ello, las reemplaza y las atrofia, convirtiéndonos en sus esclavos.

Hoy es el momento de la reflexión. Mañana puede ser tarde.

Share

Comments

  1. Konrad Ziller Bustamante : Noviembre 10, 2023 at 9:48 pm

    Había leído bastante sobre los peligros de la IA y este artículo me ha sorprendido muy favorablemente. El planteamiento de Alonso Rodríguez (“Chat GPT …”) me ha parecido una síntesis muy precisa sobre dicho “peligro” y lo resume de forma esencial. Sin duda una mirada muy inteligente que desnuda la “no inteligencia” del Chat en cuestión.
    Mis felicitaciones Alonso.
    Konrad Ziller

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *