Algo va mal
En “Algo va mal”, título de uno de sus libros, el intelectual británico Tony Judt, notó que lo que iba así –mal– era la relación entre la democracia y la conducción de la economía, y ello no solo en países en vías de desarrollo, sino también en Inglaterra y los Estados Unidos. Preocupó a Judt el vasallaje de unas formas de pensar guiadas por el lenguaje y las categorías de análisis de la economía, con el efecto de que los especialistas en otros saberes parecen haber renunciado en masa a la relativa autonomía de sus campos y perspectivas de estudio y ofrecido una rendición incondicional ante el embate de los economistas y la hegemonía no discutida de los intereses materiales.