Raúl Allard – “Clusters”, sistema multilateral de comercio, descentralización y nuevos actores. Una nueva industrialización es posible en Chile y América Latina

“Coincidimos con Enrique Iglesias y otros analistas que apoyan una “reindustralización” Latinoamericana para facilitar su inserción mundial en el momento actual. Un desarrollo de ese tipo es compatible con el sistema multilateral de comercio y la estrategia de inserción global de Chile y requiere estar abierto a que el Estado, con criterios racionales, defina o redefina ciertas áreas o “clustsers” de desarrollo preferente”.

Coincidimos con Enrique Iglesias y otros analistas que apoyan una “reindustralización” Latinoamericana para facilitar su inserción mundial en el momento actual. Un desarrollo de ese tipo es compatible con el sistema multilateral de comercio y la estrategia de inserción global de Chile y requiere estar abierto a que el Estado, con criterios racionales, defina o redefina ciertas áreas o “clustsers” de desarrollo preferente.

Necesitamos tener confianza en la capacidad de nuestras regiones -el nivel subnacional en Chile, estados en Brasil, provincias argentinas, departamentos en Perú- para buscar soluciones “territoriales” compatibles con el carácter de Estado unitario. No es aceptable ya una tuición de las regiones como si fueran “menores de edad”. Este impulso a la industrialización para la exportación con base en “clusters” implica sectores de desarrollo preferente en los marcos de la Organización Mundial de Comercio y el sistema multilateral en este campo.

En lo coyuntural, se trata de confiar en las regiones, sus universidades, empresas e instituciones como agentes de su propio desarrollo endógeno. No temer, por ejemplo, a la elección este año de Gobernadores Regionales: lo que después de 200 años de “tuición” desde el centro resulta necesario. Se requiere ya de un mayor empoderamiento regional con una autoridad más legitimada.

Algunos argumentan que el tema es estudiar el tipo de desarrollo que se requiere y la forma de apertura a la exportación y al mundo. Así es, pero pueden ensayarse modos y canales variados de inserción de América Latina que mantengan básicamente una economía abierta pero la posibilidad también de competir con nuevos productos y apoyar a nuestros productores en algunas áreas determinadas. No todo apoyo público es neo mercantilismo. Además, como lo ha mostrado un gran amigo del Foro Valparaíso, Manuel Castells, las fuerzas o tendencias globales pueden ser simultáneamente positivas y negativas; los esfuerzos nacionales pueden orientar la “gobernabilidad” hacia lo primero y al bien de todos con un criterio social. O al menos, hacer el esfuerzo.

Es posible combinar el apoyo al crecimiento con innovación, la descentralización de las actividades productivas e interacciones sector público y privado. En este sentido urge retomar y reformular en Chile el programa que apoyaba actividades en determinados “clusters”-se asignaron recursos a “offshoring” y servicios globales, minería, turismo de intereses especiales, acuicultura y alimentos. También se definieron actividades de alimentación, sectores vinculados a recursos naturales, minería del cobre, celulosa y papel, sectores relacionados a servicios, etc-. El Programa fue desestimado por temores a beneficiar a unos actores en desmedro de otros y con argumentos tales como “todos los sectores son prioritarios”. Sí, pero es parte de un Estado moderno unitario la capacidad de definición de políticas que en algún momento pueden significar cierta prioridad pero no una “discriminación arbitrara”.

Además, existe capacidad para evaluar las actividades a ser impulsadas y en un Estado unitario hay múltiples oportunidades de favorecer a las distintas zonas territoriales. Naturalmente es una industrialización distinta a la de los años 50 y 60, con énfasis en la innovación e incorporación a nuevas cadenas de valor. La CEPAL y los organismos latinoamericanos de reciente creación están en condiciones de asesorar.

Un principio es que la creación de sectores dinámicos basados en recursos naturales no es incompatible con la construcción de nuevas ventajas comparativas en industrias de alta tecnología. La diversidad productiva favorece el crecimiento del país.

La intervención del Estado resulta necesaria para impulsar estas actividades. Por lo demás, el Estado financia en Chile la mayor parte de la inversión en I+D. Se trata de impulsar interacciones Estado-empresas para promover exportaciones, y alentar inversiones y fomento productivo. Y la capacidad de transformar conocimiento en procesos patentables.

Corresponde aprovechar -en nuestro caso, cada país de la Región lo puede adaptar a su realidad- la experiencia de tener TLC con 60 países y aranceles bajos (6% legal, 0.93 % real) para facilitar este desarrollo exportador. La OMC permite diversos subsidios como apoyar la tecnificación, comunicaciones y preparación de las empresas para cumplir estándares ambientales internacionales. Incrementar, asimismo, la capacidad de investigación de las empresas apoyando centros de ciencia y tecnología de excelencia.

Estimular el desarrollo de la competitividad en áreas específicas o “clusters” en sectores vinculados a alimentos, minería, acuicultura, riquezas naturales como pesquerías y forestal-para fomentar actividades productivas de exportación, con innovación y nuevas tecnologías. Aprovechar la red de TLC y superar las limitaciones actualmente existentes en la inserción en cadenas globales de valor producto de la distancia con principales sectores industrializados. En diversos estudios, CEPAL ha desarrollado la idea de una mayor integración productiva regional, lo que requiere el acceso de las empresas establecidas en la región latinoamericana y del Caribe en el mercado ampliado y la coordinación de las políticas industriales nacionales promoviendo cadenas regionales y subregionales de valor. Esto es parte de lo que algunos internacionalistas en publicaciones en diversos países han calificado de neo regionalismo emergente, que supera al regionalismo abierto sin anular los efectos positivos que pueda haber tenido en algunos casos.

Promover financiamiento y nuevas infraestructuras con intervención de CORFO y nuevos mecanismos. Incentivar aportes que surjan de las distintas áreas geográficas en que se localizarán las actividades, en interacción con gobiernos regionales y sectores empresariales, laborales y académicos.

Aprovechar esta política para atraer inversiones extranjeras directas (IED) con cierto grado de direccionamiento adaptado a las áreas de énfasis o “clusters”.

Y no temer a autoridades regionales elegidas y empoderadas que impulsen estos desarrollos. He tenido la responsabilidad de ejercer diversas funciones-ex Rector PUCV, Subsecretario de Educación, Intendente Regional de Valparaíso, Director Nacional de Aduanas y otros internacionales- y me asiste la convicción que este es un frente a impulsar en la hora actual desde plataformas como el Foro Valparaíso.

Mi experiencia actual en la dirección del Magister en RRII PUCV desde Valparaíso -el único fuera de Santiago- me ha confirmado en esta línea. Hasta hace algunos años la única manera de realizar este nivel de estudios internacionales era viajar a Santiago. Ahora hay profesionales de la región Metropolitana que van a profundizar sus estudios en Valparaíso . Y cada vez más, las universidades de Valparaíso atraen estudiantes extranjeros y han diseñado programas como “Learn Chile” para difundir su oferta académica. Y los países de la Región tienen cada uno experiencias análogas. Y desafíos análogos.

De este modo lo internacional y lo nacional, lo académico y lo científico, las regulaciones internacionales y la inserción en cadenas internacionales de valor, las iniciativas nacionales y los esfuerzos regionales y subnacionales, se intersectan y refuerzan gracias a políticas públicas adecuadas. Y si un esfuerzo como el que condujo al Acuerdo Transpacífico se detiene por la decisión inconsulta de la potencia que lo promovió, es posible que un país mediano como Chile tome la iniciativa -como lo hizo en marzo en Viña del Mar- de asumir como eje del diálogo sobre cómo continuar en el esfuerzo, lo que ha abierto paso a que ahora se considere perseverar con el proyecto entre quienes quieran beneficiarse de él. En otros casos, los esfuerzos pueden provenir de la Alianza del Pacífico o del Mercosur, o bien, de CELAC o UNASUR o de otros países. Concitando también el apoyo de agentes trasnacionales no estatales.

En suma, inserción activa en lo global desde nuestras instancias políticas nacionales, regionales y subnacionales y  naturalmente, con la participación de actores políticos, empresariales y académicos.

Raúl Allard Neumann

Director, Magister en RRII CEAL-PUCV. Expresidente y socio del Foro de Altos Estudios Sociales Valparaíso.

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Comments

  1. Jorge Luis Vega Cancino : Junio 29, 2017 at 2:22 pm

    Estimado profesor Allard, me parece muy acertado su análisis y creo que es dable entroncarlo con un caso específico que se perfila como un modelo a seguir, donde se licita a un privado extranjero, pero se aseguran diversos beneficios para el país. Se trata del acuerdo Rockwood – CORFO, ratificado por Contraloría a comienzos de este año. Yo no estaba familiarizado con el tema, pero una amiga Ingeniera en Energía Sustentable me comentó sobre el tema y me pareció muy interesante.
    Le dejo un enlace sobre este tema por si puede ser de su interés:

    https://www.corfo.cl/sites/cpp/sala_de_prensa/nacional/se_aprueba_acuerdo_modificado_entre_corfo_y_rockwood_para_la_pro?resolvetemplatefordevice=true

    Saludos cordiales,

    Jorge Vega Cancino.

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