La Guerra de Ucrania y Europa: un balance a tres meses de la guerra

En algún minuto el entusiasmo colectivo de los europeos por ayudar a Ucrania en una guerra que se puede prolongar indefinidamente decrecerá y se transformará en un problema. Por consiguiente, Europa no solo debe promover una solución negociada que no será fácil;  tarde o temprano, Europa también deberá pensar en una nueva estructura de seguridad colectiva, porque la que existía “con” Rusia ya no es viable, pero posiblemente tampoco será viable pensar en un orden contra Rusia y eso significa en algún momento volver (en lo posible)  a un diálogo constructivo también con Rusia.

Un Balance a tres meses de la Guerra

Eduardo Araya Leüpin
Director General del Observatorio de Historia y Política del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Socio del Foro de Altos Estudios Sociales Valparaíso.

El 9 de Mayo es una fecha importante en Europa por diversas razones. Para Europa Occidental es el día de Europa. Se conmemora la Declaración Schuman (09.05.1950) que marca la creación de la Comunidad del Acero y del Carbón (CECA) y por tanto el punto de inicio de las instituciones supranacionales que culminaron en el lo que hoy conocemos como Unión Europea. Para la Federación Rusa es su fiesta nacional. Se celebra la victoria de la URSS – Rusia sobre el Reich Alemán en la II Guerra Mundial. La Captura de Berlín por el Ejército Rojo ocurrió el 30 de Abril. El día 7 de Mayo, en Reims, las Fuerzas alemanas se rindieron ante los Aliados. Stalin exigió una segunda ceremonia de rendición ante el Mariscal Zukov en Berlín, es ese evento, con desface de un día, el que se celebra en Moscú cada año con un imponente desfile militar. Que ambas fechas se recuerden en medio de la Guerra de Ucrania es una paradoja. Para Putin era importante llegar a ese evento con alguna victoria importante que exhibir. No fue así. Aunque en las últimas semanas las tropas rusas, a fuerza de bombardeos y destrucción de ciudades, han tenido algunos pequeños éxitos en la región del Dombas, la guerra de Ucrania se ha transformado en una guerra de desgaste que amenaza prolongarse de manera indefinida y la pregunta es por cuanto tiempo Europa estará disponible para seguir sosteniendo ese esfuerzo antes de que la situación de Ucrania de alguna manera se transforme en un incómodo asunto marginal en las agendas cotidianas de los europeos.

El desarrollo de la Guerra

No se debe perder de vista que la Guerra realmente se inició en el 2014 tras los incidentes del Euromaidán. Grupos separatistas pro-rusos con el apoyo militar de Rusia iniciaron una confrontación armada contra el gobierno ucraniano lo que derivó en una guerra civil. Hubo un intento de salida negociada a través de los acuerdos de Minsk, con participación internacional, que nunca llegó a funcionar y en donde ambos bandos se acusaron mutuamente de no respetar los acuerdos. La invasión rusa se inició el 24 de febrero en un frente muy extenso que abarcaba desde la zona fronteriza con Bielorrusia hasta la región del Donbas y la zona colindante al Mar de Azov. En las dos primeras semanas, las fuerzas rusas tuvieron grandes avances. En frente de Kiev estuvieron muy cerca de conquistar la ciudad y en el frente Sur (Mar Negro – Mar de Azov) conquistaron Gerson, Melitopol y pudieron sitiar Mariupol. En la tercera semana la ofensiva rusa se estancó y las expectativas rusas de una victoria rápida y/o un cambio de Gobierno en Ucrania se esfumaron. Las fuerzas rusas evidenciaron problemas logísticos y experimentaron grandes pérdidas en hombres y equipo[1]. Contra lo esperado, tanto el liderazgo político como las fuerzas ucranianas mostraron una gran voluntad y capacidad de lucha a lo que se debe sumar el inestimable respaldo material de los países de la OTAN (aunque limitada a información estratégica y sistemas de defensa tales como misiles antitanques y antiaéreos)[2].

Para el 24 de marzo, los rusos decidieron replegar sus fuerzas del sector de Kiev para concentrarlas en la región del Donbas. Fue el reconocimiento de un fracaso. Tras ese cambio de estrategia y mandos (primera semana de Abril), las fuerzas rusas se concentraron en objetivos menos ambiciosos, aunque tampoco muy explícitos. Uno de sus altos mandos se refirió al objetivo de extender la ofensiva rusa a lo largo de la costa del Mar Negro para ocupar Odessa y enlazar con la autoproclamada república del Dniester (Transnistria)[3]. Se especuló sobre que tan extensa y profunda podría ser esta ofensiva en el saliente entre Izium (que ha operado como centro de las operaciones rusas en el Donbas) y Donestk y si  eventualmente se extendería hasta Zaporiya en una maniobra de pinzas para encapsular a las fuerzas ucranianas. Lo que finalmente hicieron los rusos fue mucho menos de lo que se preveía, lo cual habla de ciertas limitaciones en la cantidad de fuerzas y recursos que Rusia puede empeñar ahora en combate. Sobre este punto, los datos son un tanto ambiguos. Las tropas rusas siguen experimentando pérdidas importantes, pero ya no al ritmo de las primeras semanas de guerra. El Gobierno Ruso aceptó recientemente colectas públicas (en dinero y especies) en apoyo a sus soldados. Por otra parte, se especuló que para el 9 de mayo Putin podría formalizar una declaración oficial de guerra que le permitiría movilizar reservistas, eso no ocurrió (Si Rusia decidiera movilizar reservistas podría disponer en el corto plazo de 70 batallones, pero con una dotación de equipos menos modernos  en artillería, vehículos y tanques), pero como las cosas en Rusia siempre son un tanto grises ya se han convocado reservistas de manera individual, sin que este proceso se anuncie como una decisión del gobierno[4]. La más reciente ofensiva rusa ha ocupado la estrategia de arrasar para ocupar pero ha tenido éxitos muy limitados si se considera que su objetivo era completar la ocupación del Donbas. Aunque prácticamente ha logrado capturar Sieverodonestk, el único triunfo importante que puede exhibir a la fecha es la captura definitiva de Mariupol, después de un sitio de tres meses. Como contraparte, las fuerzas ucranianas han hecho retroceder a las fuerzas rusas en la zona de Jarkov, la segunda ciudad en importancia de Ucrania, lo suficiente como para impedir el bombardeo de la artillería rusa, pero tampoco han estado en condiciones de organizar una contraofensiva en gran escala. Dicho de otra manera, en el campo estrictamente militar, nadie pierde ni gana (aun), pero como la guerra es «La Continuación de la política por otros medios» (Von Clausewitz), hasta el momento, el perdedor es el Gobierno Ruso[5].

Pese a que en Febrero-Marzo hubo negociaciones (auspiciadas por Turquía), estas no se han retomado, fundamentalmente porque en el escenario del mayor desgaste militar ruso y en la expectativa del efecto mas a largo plazo de las sanciones económicas, Ucrania tendría posibilidades de negociar en mejores condiciones; por otra parte, la evidencia de crímenes de guerra y violaciones a los DDHH de la población civil tras la retirada rusa de la zona de Kiev, obviamente tampoco promueve un escenario propicio para una negociación. Sin embargo, la posición Ucraniana se ha hecho excesivamente rígida y no evidencia disponibilidad a ceder en nada. El liderazgo ucraniano descalificó de manera absoluta la realista sugerencia de Henry Kissinger (intervención en el Foro de Davos) respecto de una negociación desde la situación ex-ante del inicio de la invasión, es decir que se partiera del dato fáctico que los rusos controlan Crimea y una parte significativa  del Donbas (de hecho, el control militar ruso hoy es del 20% del territorio ucraniano). El comentario del Pdte. Zelensky fue que Kissinger confundía Ucrania con München[6] En el intertanto, la guerra se ha internacionalizado con Estados Unidos y varios países europeos implicados de manera cada vez más activa, aun cuando persisten restricciones respecto del tipo de material militar que los países occidentales están dispuestos a transferir[7]. El Gobierno de Estados Unidos parece apostar ahora por la prolongación de la guerra y las sanciones económicas para debilitar a Rusia e impedir que siga siendo una amenaza militar en Europa, posición que tiene importantes detractores en el establishment de su política exterior. Otra paradoja: Putin se empeñó en una guerra preventiva argumentando sobre la amenaza que significaba la expansión de la OTAN hasta la frontera  rusa, cuando esa amenaza no era real, por cuanto si bien es cierto en algún momento hubo interés de algún gobierno ucraniano en años anteriores al 2014 y siempre existió algún interés de Estados Unidos, esa posibilidad fue vetada tácitamente por Alemania y Francia. El resultado de la guerra ha sido el fortalecimiento de las capacidades militares de la OTAN y que neutrales históricos como Finlandia y Suecia hayan solicitado su ingreso a la OTAN. Con la incorporación de Finlandia, Rusia tendría una frontera directa con la OTAN de 1340 KM.

Europa frente a un cambio epocal

La Unión Europea representa sin duda el mas exitoso proceso de integración en la historia del siglo XX. Una historia, por cierto, que nunca ha estado libre de tensiones y que también ha conocido fracasos (como por ejemplo el proyecto de Constitución Europea), pero en términos de estabilidad democrática, cohesión social y crecimiento económico los resultados sin duda son ejemplares. En los próximos años, cuando la historia de Europa y la UE sea mirada en perspectiva, con seguridad la Guerra de Ucrania será observada como un punto de inflexión, tal vez no sea exagerado considerarla como un cambio epocal.

La caída de los muros, las transiciones a la democracia en Europa del Este y  la disolución de la URSS (1988-1991), generaron en Europa expectativas de que se podría iniciar una época de paz y prosperidad en donde podía concretarse el proyecto que Mikhail Gorvashov describió como “la Casa Común Europea”, algo así como el reconocimiento de la unidad en la diversidad, en libertad y prosperidad compartida. En realidad, nunca nada fue tan idílico. Las guerras de la Ex-Yugoslavia, en el patio trasero de Europa, con muestras de crueldad solo comparables al lado más oscuro de la II Guerra Mundial (Sebrenica), debiera haber dejado en claro a los europeos que no existía algo así como “El  fin de la historia“ (Fukuyama), que el nacionalismo seguía presente y representaba algo así como el lado oscuro de la fuerza  y no solo eso, que la capacidad de intervenir en un conflicto de ese nivel excedía la capacidad de respuesta de la UE y que finalmente solo la OTAN, es decir Estados Unidos disponía del instrumentario necesario de poder duro. Aun así, Europa siguió actuando solo desde el poder blando, porque la aplicación práctica de la Política de Seguridad Común (PSCE) siempre se estrelló con una suma de problemas prácticos[8], empezando por las divergencias de intereses de los Estados miembros, limitaciones en gastos militares y su propia desconfianza en ese instrumentario. Dicho de otra manera: para muchos Estados, las garantías de su propia seguridad estaban en le OTAN y no en la precaria oferta de seguridad colectiva que parecía ofrecer la UE. Por otra parte, las principales amenazas e intervenciones  que debió enfrentar la UE o algunos de sus Estados miembros fueron muy asimétricas, como por ejemplo el problema del terrorismo o intervenciones militares como en Libia o el Sahel.

La Guerra de Ucrania para Europa es un problema de otra magnitud. Es una guerra en uno de sus bordes, en donde el contendor es una de las mayores potencias militares del mundo, que aunque en tamaño de su economía y en gasto militar pesa menos que el conjunto de la UE, es también una potencia nuclear que tiene un comportamiento respecto de la cual no se puede dar por descontados escalamientos ni respecto de la extensión de la guerra a otros escenarios ni escalamientos a un conflicto nuclear. Lo último no es una simple conjetura, ha sido una advertencia del propio Canciller Lavrov.

El conflicto de Ucrania representa el fin de las ilusiones de que la estabilidad del sistema descansaba en valores compartidos y una economía global. Joseph Borrell habló del regreso de la geopolítica. En realidad, la geopolítica nunca se fue, pero los europeos prefirieron no pensar en ella. De hecho, la combinación de Pandemia y Guerra ha reducido en extensión y volumen las cadenas de valor en la economía global, en un escenario en donde Europa pierde peso internacional frente a potencias emergentes como China e incluso los BRICS. Europa debe enfrentar esta compleja coyuntura sin liderazgos fuertes y con más fragilidades económicas. En ese escenario está intentando avanzar en la revisión de sus propias estructuras (Conferencia Sobre el Futuro de Europa 09.05.22. Acuerdo del Parlamento sobre inicio de revisión de Tratados)[9].

Alemania con un liderazgo que aún no se asienta del todo, es uno de los países en donde el cambio ha sido más evidente. Durante décadas se esforzó por tener una política exterior pacifista, pragmática, con un fuerte énfasis en los intercambios comerciales y digna de un malabarista en la relación con Rusia, particularmente por la voluntaria dependencia del gas ruso derivada de la decisión del Gobierno de Angela Merkel  de cerrar todas las centrales nucleares después del desastre de Fukushima. El primer cambio fue el alejamiento del rigor fiscal como consecuencia de la Pandemia, luego fue  la decisión de aumentar el gasto militar  en un monto (100 mil millones de Euros) que supera el rango del 2% PIB que era el compromiso OTAN, que durante décadas casi nadie cumplió en Europa. Esa decisión llevaría a Alemania a ser el tercer país del mundo en gasto militar. Alemania, paradojalmente, ha tenido una relación tensa con el Gobierno de Kiev. Es el país que mas ayuda financiera a aportado a Ucrania desde antes del inicio de la guerra, pero tuvo una política dubitativa respecto de la transferencia de material militar, incluso respecto de material en poder de terceros países. El Gobierno de Zelennsky declaró al actual Presidente Alemán Frank Walter Steinmeier, ex ministro de relaciones exteriores de Merkel como persona non grata, por la política pro-rusa que el impulsó en sus tiempos en Ministerio de Relaciones Exteriores. Aunque ese veto ucraniano fue levantado tras las disculpas del Pdte. Alemán, el actual Canciller Olaf Scholz se ha negado a visitar Ucrania por lo que considera una actitud ofensiva respecto del Presidente (es el único líder europeo “importante” que no lo ha hecho).  Francia tiene otro tipo de problemas, pero problemas al fin. Macrón ganó su reelección, pero con un liderazgo debilitado por el voto de la derecha y de la izquierda mas radicales y el desplome de los partidos tradicionales que no es sino la expresión de un profundo descontento social. Parte de ese descontento también tiene que ver con las relaciones con la UE y la OTAN. Boris Johnson en Gran Bretaña tiene lo suyo, en lo personal ha acumulado argumentos para que los británicos no le tengan confianza. Las fiestas en cuarentena en la residencia de Downing Street son lo último en una cadena de eventos que han desplomado su popularidad, pero hay problemas mas de fondo: las promesas del Brexit de prosperidad y una nueva relación con el mundo no se han cumplido, el Protocolo de Irlanda genera muchas tensiones en el Ulster y también con la UE y el conjunto, alienta las aspiraciones separatistas en Escocia.  

Europa se prepara ahora para un quinto paquete de sanciones que se orienta ahora al embargo de petróleo. Pero ahora, pese al esfuerzo colectivo por presentar un frente común y cohesionado frente a la Guerra, la situación y la posición de los países europeos ya no es tan homogénea. Si hay un tema que genera tensiones al interior de la UE es el de las sanciones económicas a Rusia por los efectos en las economías nacionales. Hay países que dependen fuertemente de combustibles rusos (en particular el gas) y que no tienen alternativas de reemplazo en el corto plazo. (En el promedio, el 38% del gas europeo proviene de Rusia. Para Alemania es 65%, para Italia es 43%, pero para Hungría y Bulgaria esa dependencia es del 95%). A eso se debe sumar que el aumento del gasto público como consecuencia de la Pandemia  ya había generado efectos inflacionarios; el aumento de los costos  de la energía amplificó aun mas el problema de la inflación. El resultado es que algunos países de la UE se niegan a aplicar más sanciones económicas a Rusia.

En otro ámbito de la política europea también se ha producido un cambio relevante. Suecia y Finlandia, dos históricos neutrales, han solicitado su ingreso a la OTAN. Es una consecuencia directa de la percepción de amenaza a su propia seguridad que la invasión rusa a Ucrania produjo no solo en las elites políticas sino también en la sociedad civil[10]. Es también un argumento para poner en tela de juicio la tesis de algunos realistas norteamericanos (Kennan, Kissinger, Meersheimer y otros), que fue la política de ampliación de la OTAN hacia el este, promovida por  USA, la razón de la reacción militar rusa. Esta decisión pone en evidencia que el problema tiene mas variables y que entre ellas, las percepciones de amenaza y seguridad en algunas sociedades europeas también deben ser parte de esta ecuación.

Pero el cambio de época no puede agotarse en el aumento del gasto en defensa, Ucrania pone en evidencia las necesidades de una concepción mas inclusiva de seguridad que integre también temas económicos, humanitarios e incluso medio-ambientales. Ucrania es también un problema humanitario y la dependencia energética de Rusia genera costos de diversa naturaleza. En algún minuto el entusiasmo colectivo de los europeos por ayudar a Ucrania en una guerra que se puede prolongar indefinidamente decrecerá y se transformará en un problema. Por consiguiente, Europa no solo debe promover una solución negociada que no será fácil;  tarde o temprano, Europa también deberá pensar en una nueva estructura de seguridad colectiva, porque el que existía “con” Rusia ya no es viable, pero posiblemente tampoco será viable  pensar en un orden contra Rusia y eso significa en algún momento volver (en lo posible)  a un diálogo constructivo también con Rusia.

*Agradecimientos: Observatorio de Historia y Política del Instituto de Historia PUCV.


[1] Las Fuerzas Armadas de Ucrania han cifrado este martes en “cerca de 30.500″ el número de militares rusos muertos desde el inicio de la invasión, desencadenada el 24 de febrero por orden del presidente de Rusia, Vladimir Putin, y han señalado que durante el último día han muerto cerca de 150 soldados rusos. El Estado Mayor del Ejército de Ucrania ha indicado en un mensaje publicado en su cuenta en la red social Facebook que hasta ahora han sido destruidos 1.358 carros de combate, 649 sistemas de artillería y 207 lanzacohetes múltiples autopropulsados y blindados. https://www.latercera.com/mundo/noticia/ucrania-cifra-en-cerca-de-30500-los-militares-rusos-muertos-desde-el-inicio-de-la-invasion/CKPPNOZWQ5FX5D7SIUPFGE4PZQ/

Aunque esta información puede parecer parcial se puede contrastar con fuentes independientes tales como Centre for Information Resilience (CIR),  Bellingcat y Oryx (especializada en defensa).

[2] A pesar de la amplia cobertura del conflicto  desde medios de prensa occidentales, no hay  mucha información sobre los efectos de la guerra desde fuentes ucranianas. A este respecto es muy interesante el relato de Vitaly Dudin, dirigente del Partido Social-Demócrata de Ucrania en NUSO, Abril  2022.

[3] La República del Dniester es de facto un estado independiente sin reconocimiento internacional. Es una delgada franja de territorio de mayoría rusa entre que se escindió de Moldovia mediante una guerra en 1992. Como otros casos derivados de la disolución de la URSS, hay allí un conflicto congelado que permite la presencia de tropas rusas en su territorio. Ucrania advirtió que se podrían producir allí  atentados de falsa bandera, es decir provocados por agentes rusos a fin de extender el conflicto. El 28 de Abril efectivamente se registraron explosiones en Tiraspol pero sin consecuencias hasta ahora.

[4] https://elpais.com/internacional/2022-05-31/rusia-impulsa-la-campana-de-reclutamiento-y-da-un-paso-hacia-una-movilizacion-de-guerra.html

[5] Vid El País. Es . 22.05.22. https://elpais.com/internacional/2022-05-22/como-ha-cambiado-el-mapa-de-ucrania-en-tres-meses-de-guerra.html

[6] La referencia es evidentemente a los Acuerdos de München en 1938 cuando Francia e Inglaterra, a pesar de ser garantes de la independencia de Checoslovaquia, aceptaron la  presión de Hitler respecto de la secesión de la región de los Sudeten para evitar la guerra, hecho que no evitó que ese país fuera desintegrado y ocupado posteriormente por los alemanes, ni tampoco la guerra. A ese respecto Churchill posteriormente escribió “Entre la vergüenza y la guerra optamos por la vergüenza … y obtuvimos la guerra”. https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/ceder-territorio-a-cambio-de-la-paz-la-propuesta-de-henry-kissinger-que-enfurecio-a-zelensky-nid26052022/

[7] A diferencia de la fase inicial de la guerra, en la actualidad los países occidentales ( incluida Australia) ha estado transfiriendo artillería pesada de última generación, como los obuses M777, capaces de disparar munición inteligente, guiada por  GPS ( Excalibur) hasta 40 Km de distancia  y otros equipos  similares, que han permitido equilibrar en parte el arrollador predominio ruso en artillería y cohetes, sin embargo  siguen existiendo restricciones (un tanto difíciles de entender ) a la transferencia de tanques y sistemas de misiles antimisil (como por ejemplo Patriot). El Gobierno alemán dispuso también la transferencia de sistemas de artillería AA y autopropulsada pero prohibió expresamente la transferencia de tanques Leopard II. Recientemente el Pdte Biden declaró que no autorizará transferencia de cohetes que permitirían atacar territorio ruso. https://www.elespanol.com/omicrono/20220525/m777-potente-estadounidense-ucrania-triturar-defensas-rusas/674932821_0.html; https://www.infodefensa.com/texto-diario/mostrar/3755251/eeuu-confirma-gran-impacto-guerra-obuses-enviados-ucrania; https://www.infodefensa.com/texto-diario/mostrar/3746803/eeuu-basa-ley-ii-guerra-mundial-enviar-otros-20000-millones-armas-ucrania

[8] Como consecuencia de la crisis de Ucrania (2014) se iniciaron algunos cambio en la  Política de Seguridad Común Europea (PSCE) , como por ejemplo la Política Estructurada Permanente (CEP), la Revisión Anual Coordinada de la Defensa (CARD, por sus siglas en inglés) y el Fondo Europeo de Defensa (FED). Recién en marzo de este año, la Unión Europea dio otro importante paso para mejorar la cooperación en el área de la seguridad y la defensa con la adopción de la Brújula Estratégica como nuevo documento básico de la política de seguridad de la Unión. La Brújula Estratégica prevé, entre otras cosas, la creación de una fuerza de intervención de la Unión Europea que debería estar operativa para 2025.Vid Mützenich Rolf en Nueva Sociedad, https://nuso.org/articulo/la-guerra-y-el-cambio-de-epoca-en-europa/?utm_source=email&utm_medium=email&utm_campaign=email

[9] https://www.europarl.europa.eu/news/es/press-room/20220429IPR28218/futuro-de-europa-las-propuestas-de-la-conferencia-apuntan-a-revisar-tratados

[10]  Vid  “La Guerra de Ucrania vista desde Finlandia”. Entrevista al Académico Teivo Teivainen  en NUSO, Abril 2022. Para el caso de Suecia . “Suecia también apuesta por la OTAN” Entrevista a Bella Frank en NUSO  Mayo , 2022, https://nuso.org/articulo/ucrania-rusia-finlandia/?utm_source=email&utm_medium=email&utm_campaign=email; https://nuso.org/articulo/suecia-otan-izquierda-ucrania-rusia/?utm_source=email&utm_medium=email&utm_campaign=email

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