El puerto y la ciudad de Valparaíso del siglo XXI
El ciudadano debiese recuperar su relación positiva y segura con el borde costero […] el asunto es encontrar el cauce […]
El ciudadano debiese recuperar su relación positiva y segura con el borde costero […] el asunto es encontrar el cauce […]
Este artículo describe una realidad nueva hace tres años impensada: campesinos que migran a la ciudad y ciudades que rebalsan neo-campesinos al bosque y al agro. Son dos culturas y accesos a recursos que no chocarán, se van a mezclar, produciendo fenómenos socioculturales aun impensados, dignos de seguir y estudiar. Cruzado todo eso por un pensamiento ambientalista elitista y con tecnologías ecológicas para tratar el agua, los residuos, la producción agrícola, la obtención de energías, ideas de innovar y emprender y por supuesto, el buen acceso a Internet.
Para los países europeos sigue existiendo un dilema básico y dos problemas. El dilema es cómo disponer de un aparato militar eficiente que sea propio de la Unión Europea y que no dependa de las decisiones de Estados Unidos en la OTAN. Los problemas son cómo hacer más eficiente su propio gasto militar y qué hacer con Rusia sin desfallecer en el intento.
La pura persecución de los intereses racionales excluiría la razonabilidad. De acuerdo con esos intereses, los fines del Estado hacen caso omiso al criterio de reciprocidad propio de la idea de justicia: “Si la preocupación del Estado por el poder es dominante y si sus intereses incluyen cosas tales como convertir a otras sociedades a la religión del Estado, ampliar su imperio y ganar territorio, obtener prestigio y gloria dinástica, imperial o nacional, y aumentar su fuerza económica relativa, entonces la diferencia entre Estados y pueblos es enorme”
Para acercar más la acción humana con la naturaleza, en tiempos de multicrisis, pandemias y cambio climático global, se requiere
La idea de una utopía realista no consiste en proponer un compromiso entre poder y equidad y justicia, sino en una delimitación del ejercicio razonable del poder. Si no es posible una razonablemente justa sociedad de los pueblos cuyos miembros subordinen su poder a fines razonables y si los seres humanos son en gran medida amorales, si no es que incurablemente egoístas y cínicos, podríamos preguntar con Kant si merece la pena que los seres humanos vivan sobre la tierra.
La pandemia de COVID-19 ha traído algunas cosas curiosas en el ámbito de la percepción del espacio y en particular en lo referente a la comunicación personal presencial: el intenso uso de la mascarilla facial, que debe tapar la boca y nariz, oculta gran parte de los gestos faciales que complementan nuestra comunicación.
Los ojos son comunicadores más sutiles: podemos decir te odio y también dar la bienvenida comunicacional a alguien que nos agrada. La pandemia ha sido terrible en muchas cosas, pero al menos hemos recuperado “la expresión de tus ojos”.
Cuando se discute el nuevo orden global, asunto que cada día cobra mayor relevancia, especialmente por los conflictos que amenazan la existencia de la humanidad, dos problemas resultan especialmente importantes: las formas que el nuevo orden político y económico mundial podría y debería asumir y quiénes serían los actores de la sociedad global con las capacidades necesarias para promover la formación de ese nuevo orden.
El miércoles 1° de junio se llevó a cabo el lanzamiento del Cuaderno XXIII del Foro Valparaíso, “Pasado y futuro de la reforma universitaria”, vía Zoom.
En algún minuto el entusiasmo colectivo de los europeos por ayudar a Ucrania en una guerra que se puede prolongar indefinidamente decrecerá y se transformará en un problema. Por consiguiente, Europa no solo debe promover una solución negociada que no será fácil; tarde o temprano, Europa también deberá pensar en una nueva estructura de seguridad colectiva, porque la que existía “con” Rusia ya no es viable, pero posiblemente tampoco será viable pensar en un orden contra Rusia y eso significa en algún momento volver (en lo posible) a un diálogo constructivo también con Rusia.